martes, 18 de octubre de 2011

Frases Celebérrimas

     Quizá sería este un buen lugar para ir incluyendo algunas de esas frases buenas, pero que buenas de verdad, que se nos escapan de la boca de vez en cuando... podéis escribirlas en forma de comentarios (aunque ello impide poder poner negrita y cursiva).

     Para romper el hielo, empezaré con la siguiente frase-situación, acontecida en un coche, en un trayecto de vuelta de Teleco a nuestras casas...

 - ¿Qué opinas, Edu? - inquiere Dani, interesado.

 - ¿Qué opino de qué? - responde Edu, aburrido.

 - ¿Es que tienes que opinar de algo?, ¿por qué siempre todo el mundo tiene que opinar de algo? ¿Es que no se puede opinar, sin más? ¡Voy a patentar el uso intransitivo del verbo opinar! ¡Opina, sin más!

¿¿¿Qué pensarán Sara y Eva al respecto...??? (asientos traseros)

sábado, 15 de octubre de 2011

Noche helada

     Ha pasado mucho tiempo... ¡caray, apenas ya puedo recordar la última vez que nos vimos...! Es curioso como se acelera el tiempo conforme vas cumpliendo años. Cada año que pasa me supone menos de una veinteava parte de mi vida. Para que te hagas una idea: lo que antes suponían siete u ocho meses, en aquella época en la que perdimos el contacto... la verdad, muchas cosas han cambiado, para qué vamos a negarlo.

     Sin embargo, hecho la vista atrás, siquiera cuatro líneas sobre este folio, y contemplo la palabra "curioso". Sigo usando la palabra "curioso". La verdad, me siguen sorprendiendo tantas cosas... y muchas de ellas no precisamente por experimentarlas por primera vez. Me alegro sobremanera de que así sea, por tonto que parezca. Ha pasado tanto tiempo... pero me sigo sorprendiendo, me sigo ilusionando, y me sigo decepcionando. Y en esta noche, en esta noche helada, me sorprendo de volver a verte, de volver a mirar a esos lindos ojos, con una mirada que jamás volverá a ser la que era, pero con una mirada que me hace saltar las lágrimas.

     En esta noche helada vuelvo a sorprenderme una vez más. Y vuelvo a llorar como un niño una vez más. Pero lloro de emoción. Porque sé que aquellos días pasaron, y que no volverán jamás. Porque sé que el presente es un regalo, que debemos disfrutar. Y tú a mi lado vienes hoy, aunque no sé si te quedarás. De todas formas, no me importa. En esta noche no. Porque esta noche nos hemos encontrado, y se han detenido tantos años... ¡¡lloro, me decepciono!! Y me vuelvo a ilusionar... te tengo aquí; te tuve; y te tendrás que marchar... o quizá sea yo quien me marche, pues últimamente me encanta viajar. Como te digo ya no importa cuanto tenga que llorar... en esta noche helada, en esta noche, volveremos a brillar...

     Ya no somos los mismos. ¿Acaso es algo malo? Yo diría que es algo bueno, y me alegro igualmente de que así sea. No quiero ser el que era, ¡no! No le odio, pero tampoco me parece la mejor persona del mundo precisamente... ¿y tú qué opinas? Contigo tenía una relación excepcional, demasiado buena diría yo, en algunas ocasiones. Yo no te prometo nada, no te prometo la luna, ni siquiera te prometo esta noche helada, pero a cambio te prometo ser feliz =) =)


     Sé que me comprendes. Sé que en el fondo - y en la forma - quieres lo mejor para mí. Y, una vez más, me alegro de que así sea. Yo quiero lo mejor para mí, y también para ti. No sé si te veré mañana, el mes que viene o en diez años, pero eso no es tan relevante como mi último descubrimiento: que por encima del tiempo o de la distancia existe algo dentro de mí, existe algo dentro de ti, y existe algo entre los dos. Existe algo dentro de mí que cada día me impulsa a levantarme, con o sin tu ayuda, y me impulsa a hacer esto o aquello, me impulsa a dosificarme tres pastillas de buenas sensaciones en el desayuno, media de malas sensaciones en la comida, y media de malas sensaciones en la cena, por ejemplo. Existe algo dentro de ti que te hace tener sentido hasta flotando sobre un río como papel mojado, pista en blanco sobre la que patinar y hacer mil piruetas o caerse - y levantarse después -, papel mojado que arrastra la corriente sin cesar hasta un incierto océano que quizá no llegue jamás. Existe algo entre los dos que nos ata, pero al mismo tiempo nos libera y nos dice: "¡A la mierda! Paso de ti, y pienso pasar hasta que me venga bien a mí"; algo que me permite en esta noche helada agarrar mil folios en blanco e imaginarme mil historias, congeladas por el hielo de mi mente.

     Y todo eso que existe me lleva a esta noche helada. De nuevo a esta noche, en la que siento tanto frío y no me importa. Incluso podría decir que disfruto de ese frío. Porque me imagino mil historias sobre tus folios, todas congeladas. Y llegará el rumor del alba, romperá el hechizo, y con él todo el hielo que atenazaba mis historias. Y tendré que elegir... elección tras elección. Papeles rotos por doquier. Los no elegidos perecerán, los desdichados morirán hechos mil trizas. Arderán en el infierno. Pasará esta noche helada...

     Pero llegará otra noche helada  ^^

viernes, 14 de octubre de 2011

Sin Remitente


     Esta será la última carta que recibas. Quizá te estés preguntando por qué. Quizá pienses que se debe a que me voy lejos, como ya te fui avisando en pasadas cartas. Me veo obligado a decirte que no es así.

     Por favor, ruego me perdones por haberte avisado con tan poca antelación, pero existe otro motivo, y sospecho que no va a ser de tu agrado.

     Cuando recibas la presente, todo estará ajustado, perfectamente planeado, para que mueras.

     De veras que lo lamento en el fondo de mi alma, sobre todo porque sé lo que sientes cuando lees estas líneas. Todos los sentimientos que un humano puede acaparar pasan por parcelas de tu graciosa mente. Sabes demasiado bien, porque me conoces lo suficiente, que esto no es una broma, ni un juego, ni un absurdo. Sabes que va completamente en serio. Te tiemblan las manos; se te nubla la vista. Ya no puedes leer con total claridad... pero vas a seguir hasta el final, no puedes perderte el final de esta misiva tan extraña.

     ¿Quieres que te cuente tus últimos segundos? Te queda muy poco, ¿sabes? Pero prefiero que lo descubras por ti misma.

jueves, 13 de octubre de 2011

La felicidad


     La felicidad. Amargo compañero, fruto atragantado en el camino, flor de viejos tiempos hoy marchita, acabada, pisoteada, y olvidada su belleza por mi parte, hoy voy a contarte lo que es la felicidad. Te voy a rebatir ese concepto, acuñado a conveniencia, como todo lo que tienes, lo que anhelas, lo que quieres. Todo lo transformas a tu gusto, lo ves como te parece. Pero no. No te lo permito con un tesoro de este calibre, reluciente en el fondo del océano. Déjame explicarte, en qué consiste ser feliz.

     Felicidad, prescindamos ya del artículo, no es necesario, sobra, huelga cuando ya es de nuestra familia, convive entre nosotros, muy cerca o tremendamente lejos, pero entre nosotros. Felicidad, pues, eso piensas que tú tienes, querido amigo. Tú piensas que eres feliz. Pero, ¿en qué te basas para afirmarlo? Dices que has cumplido tus objetivos, ¿no es eso cierto? Te preguntaría qué objetivos, qué metas has alcanzado, pero me responderás con joyería barata, qué digo joyería, con bisutería de la peor calidad, y no estoy dispuesto a escucharte. Hoy te toca escuchar a ti, y a mí hablar, así que déjame que te cuente la verdad. Una persona tiene anhelos, deseos, emociones, apetitos, de toda índole y de toda condición. Pero una vez cumplidos, uno por uno, esos anhelos virtuales, se acaba, se termina. Ya todo es pasar, acabar, finalizar, abocar. Abocar al éxito, a la alegría, a la comodidad, al júbilo, al regocijo, a la satisfacción, sí. Abocar a la dicha. Pero abocar, al fin y al cabo, amigo mío. Y abocar es terminar, cercarte la existencia, aproximarse abruptamente al acantilado, de cuyos extremos pende el vacío, infinito o diminuto, es lo mismo, pero vacío. Cuando doblas la esquina de la gran avenida y te metes en un callejón oscuro, seguramente sin salida. ¿Y dices que eso es felicidad? Pobre infeliz. Pero no te culpo. Es decir, no te culpo por tu error, por tu omisión; te culpo por tu actitud, por tu cambio de actitud, por la mutación de tus acciones últimamente. En tan poco tiempo. Antes no eras feliz y ahora lo eres, ¿no es cierto? ¿Y si fuera al revés? ¿Y si antes lo eras, cuando creías que no era así, y ahora no lo eres, cuando estás convencido de que por fin alcanzaste la felicidad?

     ¿Piensas que esto es una locura? Piénsalo, pero te aseguro que si realmente has cumplido tus supuestos “objetivos”, estás ya “terminado”. Suena cruel y despiadado, pero es la verdad. “Terminado” significa completo, logrado, concluido, consumado. Todas palabras sinónimas. Pero no nos dejemos llevar por las trampas minuciosas e inadvertidas del perverso lenguaje, y pensemos en el acantilado, y también en la esquina. ¿Qué te espera tras el borde rocoso, o tras la pared de ladrillo? Desde luego, no creo que el paraíso. El paraíso no le esconden, está bien a la vista, en la avenida principal, para que le podamos ver bien y encontrarle fácilmente, eso es algo seguro, pero nuestra estupidez e inoperancia nos lo impide, de alguna manera que aún está por determinar.

     Seguramente pienses que tengo envidia. Yo, en cambio, te diré, que no estamos hablando ahora de mí. ¿Y qué si la tuviera? ¿Acaso cambiaría eso en algo lo que aquí trato de enseñarte? Por supuesto que no. Con todo y con eso, te diré que lo único que podrías echarme en cara es el hecho de que si yo aspiro a lo mismo que tú, entonces por qué te condeno a ti. Realmente, si te estás equivocando en tu proceder y en tus pensamientos, no hay motivo para que no lo haga, independientemente de que yo también pierda el norte de la felicidad. Aún así te daré una diferencia. Yo busco, lo que tú dices ya haber encontrado; yo deseo, lo que tú dices ya poseer; por tanto, tengo mis cuatro pilares aún en pie, intactos: el deseo, la ilusión, el amor, la felicidad. Me temo que los tuyos se empezaron ya a tambalear, y resquebrajar, peligrando ya los cimientos del edificio. Y te pregunto, ¿quién querría cambiar su casa, por pobre que ésta sea, por otra que se está viniendo abajo?

     El deseo es el potencial, la fuente, el generador de nuestra felicidad, amigo del alma, y cuando ese deseo se apaga, se apaga la ilusión, y se apaga la esperanza, se apaga a continuación el amor, hasta que se apaga la felicidad, en última instancia. Este proceso puede demorarse un tiempo considerable, no te lo voy a negar. Sin embargo, claro está que el tiempo cae totalmente derrotado por conceptos de una fuerza tan sobrenatural como el deseo, la ilusión, el amor, o la felicidad. Por tanto, no es comparable. Aunque trates de aguantar tiempo y tiempo con tu situación actual, la que tú consideras “ideal”, pasará el tiempo suficiente para que la terminación finalmente se consuma. Entonces quedará demostrado, que nada, ni siquiera esa pseudofelicidad - bauticemos así a tu sensación de éxito - que crees sentir, y que realmente sientes, gracias a la consecución de tus propósitos, a que vives tu vida como querías vivirla, a que “no puedes pedir nada más”, podrá vencer jamás al deseo, a la ilusión, al amor, a la felicidad. Sólo en ese momento te darás cuenta de que todo ese tiempo fue desperdiciado, que no buscaste la felicidad, porque pensaste que ya la tenías, que no viviste la vida, porque pensabas que ya la estabas viviendo.

     Será sólo cuando llegue ese momento, cuando descubras que has vivido en vano.

Delirios de un loco

     Hay noches en las que no puedo dormir. Y no es que padezca de insomnio. Simplemente, pienso en que voy a estar muerto durante las próximas (¿ocho?) horas, y no logro conciliar el sueño. No se si le pasará a la gente en general, pero a mí es algo que me atormenta enormemente. No estoy hablando del típico juego de niños de “¡Vienen los vampiros esta noche a chupar tu sangre!” o “¡Escondeos que llega el hombre del saco!”. No. Estoy hablando de algo, al menos a mi parecer, mucho más serio. En realidad, es absurdo que el sujeto que padece la acción – en este caso mi persona – afirme que su “miedo” es mucho más “serio”. Cuando vivimos algo en nuestras propias carnes, lo vivimos de verdad; cuando les sucede a otros, en ningún caso lo estamos viviendo, ni sintiendo en nuestro interior, sólo nos dedicamos a hacer una mera, simple y vana observación.

     Bueno, dejaré de devanarme los sesos entre filosofías baratas que, al fin y al cabo, nada tienen que ver con mi problema, con lo que verdaderamente me quita a mí el sueño, y nunca mejor dicho. El caso es que soy incapaz de conciliar el sueño, al darme cuenta de que, al hacerlo, perderé toda conciencia de mí mismo. He llegado a pensar en estos últimos días – no se si me estará afectando el sueño – que aquellos que cada noche se entregan en sus camas a ese diablo, a ese Satanás, a esa oscuridad infinita que es el dormir, o bien han perdido completamente el juicio – en cuyo caso me inspiran lástima y compasión - o bien son discípulos de Satanás que aprovechan la noche y el silencio para contactar con él. Porque no cabe duda alguna de que una persona en sus plenas facultades mentales, o una persona medianamente honrada y bienhechora, no dedicaría esos momentos en los que la Luna se visualiza en el firmamento y aparece ese manto estrellado tan sublime, a tumbarse en el habitáculo de rituales satánicos que es la cama.

     En definitiva, que me cuesta sobremanera creer que a estas alturas de tanto desarrollo tecnológico y tanto avance, en pleno siglo XXI, la gente esté tan sumamente desquiciada de pasarse, no ya minutos, sino horas tumbados en ese lecho de muerte. ¿Cómo es posible que existan tales débiles mentales? O, formulando la pregunta desde otro punto de vista, ¿cómo puede haber tantos hijos del demonio sueltos por el mundo? ¡Dios santo!, ¡y pensar que yo hace unos días me estaba dejando llevar por esta tendencia, tan generalizada últimamente por lo que se ve, de pactar con el diablo cada noche! ¡Y luego me extraño de que lo hagan el resto de los mortales! Dios, ahora lo veo todo más claro: todo se debe a la influencia y el dejarse llevar. La gente, no sabe muy bien por qué, lo hace, porque ven a otros que lo hacen, sin percatarse en absoluto de que son súbditos del anticristo, de Satanás. Pero ¡amén!, ¡esto sería aún más grave! Si una mayoría de gente lo hiciera porque no rige correctamente, aún estaríamos alegando una tara física, pero si lo hacen simplemente por dejarse llevar... ¿en qué mundo estamos viviendo? Ése es el objetivo del maligno, que todos se entreguen a esa locura infinita de simularse muertos cada noche, perdiendo parte de sus vidas, en un sin-saber si volverán a abrir los ojos otra vez, en un sin-saber qué ha ocurrido durante las ocho horas que han estado durmiendo.

     Pero, ¡no señor! Yo no pienso caer en esas redes, no. Yo juro lealtad al bien, eso se da por sentado, y no tengo ganas ni de verle la cara al diablo. Con respecto al dejarse llevar, poco me importa que lo haga todo el mundo, no pienso dormir ni una noche más. No cometeré más ese sacrilegio, ese sinsentido. Además, como juro lealtad al bien, me veré obligado a quitar de en medio a todos aquellos que practiquen estos rituales. Sí, ahora lo veo totalmente claro, cristalino como el agua, sí. Aquí no quedará nadie roncando mientras yo merodee por los alrededores. Los que se dejen llevar, pues que entren en razón, se lo intentaré hacer ver, no habrá que preocuparse por ello. Y los dementes... bueno, aún estoy pensando qué hacer con los dementes...

Bienvenida

Bienvenidos a todos a mi nuevo blog... por fin me decidí a crear uno, sí. Pero lo difícil no es crearlo, sino mantenerlo, y la verdad es que no prometo nada.

Pensaba empezar el año que viene, por aquello que tantas veces he repetido ya de los proyectos empezados una vez que Teleco haya sido terminado y dejado atrás... pero por jugarretas de mis neuronas, presión de mi voluntad más a corto plazo, influenciada por toda una amalgama de circunstancias externas, he dicho: "¡Qué narices! Quiero empezar ahora mismo, aunque al final meta tres malditas entradas de aquí al verano próximo... total, ¿quién me va a criticar por ello? ¿A alguien le voy a hacer mucho daño? Pues a lo mejor, quién sabe... pero hombre, si alguien se traumatiza porque mi blog no es muy actualizado... pues no sé, también sé de unos niños que se tiraron por la ventana de su habitación porque querían probar a volar como sus queridos pokémon, y no creo que debieran haber retirado toda la franquicia pokémon de mercado, y haber privado al mundo de tan adorables criaturitas (ainsss Pikachu de mis amores...) por tan trágico acontecimiento protagonizado por 2 de sus pokefans más acérrimos."

Total, que iré metiendo algunos relatos - varios de los cuales me rondan por el disco duro, y algunos que me rondan por la cabeza, todavía en el caótico mundo de mi subconsciente - y también alguna que otra reflexión sobre el mundo, alguna teoría made in my brain, y alguna cosa más que se me ocurra...

Por cierto, si alguien lee esto, que por otro lado es el objetivo, que sepa que la función principal es entretener un rato - tipo páginas Asco de Vida, ADV para los amigos, o un foro de estos graciosos por internet, que además no fue creado con tal pretensión - , y en ningún caso debe nadie tomarse las cosas más en serio de lo que aparentan ser: un cacho de información en forma de bytes, mostradas ante tus ojos por un navegador Web, e interpretadas por los surcos de tu cerebro como a este le venga en gana, o bien como su dueño haya dispuesto a voluntad.

¡¡Ah!! Y se admiten sugerencias.

Saludos desde la Fábrica de Sueños